La Mochila. Ese compañero de Senderismo

La Mochila. Ese compañero de Senderismo

07/04/2016 Por Victoria

Historia de la Mochila

El origen de la mochila se remonta a la prehistoria, cuando en los desplazamientos del hombre, este tenía que portear sus pocos enseres la espalda.

La evolución de la mochila ha ido pareja a la necesidad del hombre de transportar más cosas cada vez más pesadas. 

Las guerras han sido las que han impulsado, sobre todo desde el siglo XVIII, los diferentes avances, tanto en materiales como en formas y capacidades, ya que el soldado, debido al nuevo tipo de conflicto, debía llevar sobre su espalda todo lo imprescindible para poder sobrevivir en el frente.

Hoy en día, nuestras mochilas no tienen nada que ver con aquellas de lona pesada, ya que son de fibras sintéticas impermeables y ligeras, quedando la resistencia condicionada por la utilización de unos u otros materiales.

También a evolucionado la forma y la estructura de las mochilas para adaptarse mucho mejor a la anatomía humana, apareciendo modernos sistemas de suspensión y regulación.

La actividad que vayamos a realizar determinara el tipo de mochila que debemos adquirir (escalada, senderismo, esquí…).

Historia de la mochila

Materiales de fabricación

La cordura, un derivado de la poliamida, es el material más utilizado hoy en día para la construcción de mochilas, ya que está dotada de una excelente relación peso y resistencia a la abrasión y el desgarro.

Mediante un acabado con revestimiento, resinado o inducido, de poliuretano, se logra la impermeabilidad de las mochilas, aunque las costuras siempre serán las vías preferidas del agua para hacer incursiones en la ropa, saco y otras cosas que llevemos en su interior.

Algunas mochilas hiperligeras de mediana y gran capacidad emplean tejidos como el Kevlar, fibra de gran resistencia a la abrasión, para su construcción.

Clasificación y características

Las mochilas pueden dividirse en tres grandes grupos dependiendo de su capacidad:

  • Hasta 40 litros. Estas son utilizadas para actividades de una jornada o para ataque.
  • De 40 a 65 litros. Su uso más habitual es para actividades en las que por lo menos se va a pasar una noche fuera, ya que es necesario llevar el saco, funda de vivac, hornillo,…
  • Más de 65 litros. Este tipo de mochilas es el más odiado por todo el mundo, ya que casi nunca va vacía y suele ser extremadamente pesada. Se utiliza para actividades de varias jornadas o para realizar porteos.
la mochila

Características

En general, las mochilas van a ser de muchas formas diferentes y van a tener una serie de detalles que serán más o menos apropiados para la actividad que deseemos realizar.

A continuación pasamos a enumerar las siguientes características:

  • Posibilidad de aumentar su capacidad gracias a extensiones suplementarias en la parte alta de la mochila, lo cual debe ir acompañado con una tapa no fijada a la espalda.
  • En mochilas de media y alta capacidad es muy recomendable el acceso directo independiente a la parte inferior de la mochila, mediante una cremallera externa, con la posibilidad de comunicación con el resto del espacio útil.
  • El acolchado de hombros, espalda y cinturón suele estar elaborado con espuma de poliuretano de celdilla cerrada y de diferentes densidades.
  • Las correas son muy necesarias a la hora de portear en el exterior de la mochila los crampones, piolets, bastones de trekking…
  • Los bolsillos exteriores suponen una posible carga adicional y un acceso selectivo a los elementos del equipo, pero suelen desestabilizar al porteador y, por ley de Murphy, tienden a engancharse en todos los sitios posibles y en los imposibles. En el caso de disponer de ellos, es aconsejable que sean de tipo fuelle para que cuando no hagan falta se puedan integrar en los laterales de la mochila.
  • Las riñoneras en el cinturón, posibilitan llevar algo de comida para picar, mientras estamos caminando, sin necesidad de parar. También son muy útiles los portabidones que incorporan algunas mochilas, para poder beber de vez en cuando mientras realizamos la marcha.
  • Las costuras, son las que unen las diferentes partes de una mochila, por lo cual, siendo la parte más habitual de rotura. Para que sean duraderas, el hilo debe ser de alta resistencia (hilo de poliamida) y las que vayan a soportar mayor esfuerzo deben ser dobles o triples o incluir un sistema de refuerzo eficaz.
Ponerse correctamente una mochila

Sistemas de porteo

  • En las mochilas de carga y porteo es muy importante la adaptación de estas a nuestra espalda, facilitando una correcta distribución del peso y volumen sobre hombros, espalda y cadera.
  • Mientras las mochilas pequeñas aportan acolchados simples, las medianas incorporan la espalda anatómica, reforzada con materiales sintéticos de alta densidad que las dotan de cierta rigidez así como de canalizaciones en las zonas de contacto para facilitar una rápida evaporación de la humedad. Las mochilas de carga, poseen diferentes sistemas de regulación para que el usuario ajuste la mochila a sus características anatómicas. Es muy importante que los sistemas sean tan sencillos como efectivos.
  • Aunque parezca que cualquier mochila vale para cualquier persona, esto no es así. Hoy en día podemos escoger dentro de un mismo modelo la talla que mejor se ajuste a nuestra sufrida espalda, evitando que la altura del porteador y la de la mochila sean muy desproporcionadas. Las chicas empiezan a tener importancia para los fabricantes, ya que algunos de ellos incorporan modelos lady con las peculiaridades siguientes: espaldas más cortas, caderas más anchas y hombreras preformadas para evitar las típicas molestias en los pechos.

Como regular la mochila

  1. Una vez que tenemos cargada la mochila a la espalda, la cruz formada por el inicio de las hombreras debe estar a la altura de los omoplatos.
  2. Ajustar el cinturón haciéndole corresponder la parte superior de la pelvis, tensándolo hasta que notemos contacto a lo largo de todo el contorno de la cintura.
  3. Tensar los ajustes laterales del cinturón hasta que no exista balanceo de la carga.
  4. Tensar las hombreras hasta notar que existe contacto en toda la zona del pecho, hombros y, preferiblemente, en el inicio de la espalda.
  5. Regular las correas cenitales de las hombreras hasta notar contacto con el pecho y hombros, teniendo la precaución de que no nos moleste en el giro de la cabeza. Para asegurar la inmovilización de la carga resulta muy útil la cinta de pecho.
La mochila perfecta

Distribución de la carga en la mochila

A la hora de cargarla, debemos tener en cuenta cuales serán aquellos elementos del equipo que nos pueden hacer falta durante la marcha (disponibilidad) y cuales son los más pesados (peso).

Según esto, los más ligeros y menos necesarios deberán ir en la parte inferior (saco, funda de vivac, ropa de repuesto…). 

Los más pesados se instalaran preferentemente en los dos tercios superiores de la mochila (hornillo, comida, material,…). Este detalle facilitara un mejor control de la carga y una mayor estabilidad de la carga al estar alineados el centro de gravedad de la mochila y el de la persona.

Los objetos de mayor posibilidad de utilización (frontal, gafas de sol, cremas, mapas,…) se colocaran en la tapa, bolsillos y parte superior de la mochila.

* Texto extraido del libro Certificado de Iniciación al Montañismo escrito por la EEAM de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada.

Con la mochila conseguimos portear nuestra independencia, vamos a repasar los conceptos más importantes para que esta sea una ayuda y no la mítica carga.

Tipos de mochila

El inevitable peso.

Debemos considerar lo que necesitamos realmente, evitar llenarla a tope, posiblemente nos la han prestado, es de mucha capacidad y no por ello hemos que llenarla, el exceso de carga nos restara energía.

Racionalizando la carga.

Consideremos cada apartado ropa. utensilios, comida, por independiente, es decir, si vamos a estar 4 días calcularemos las cucharadas de azúcar necesarias, introducimos la cantidad en una bolsa hermética y dejamos el resto del paquete. Si vamos varios coordinamos los utensilios comunes como abre latas, cocinilla, etc.

Distribución de la carga en la mochila.

Esto es critico para evitar lesiones, extenuamiento e incluso accidentes y se basa todo en que un cuerpo es más estable con un punto de gravedad más bajo.

  • Lo mas pesado debe de ir bien distribuido desde la zona lumbar a la mitad de la espalda (1). La carga a la altura de los hombros ejerce una fuerza de palanca hacia atrás, que nos daña y desestabiliza. Es común después de comer, alojar la comida y utensilios (que es lo mas pesado) en la zona alta por no volver a sacarlo todo, es un error. Para evitarlo, toda la carga ira dividida en no más de cuatro bolsas de plástico independientes que nos permitirá extraer e introducir la carga cómoda y rápidamente evitando además que se moje.
  • El resto de la carga, debe ir distribuido equilibradamente respecto a nuestras necesidades.
Partes de la mochila

Prioridades de distribución del material en la mochila.

Lo puntual: materiales que podemos necesitar rápida o momentáneamente.

“En la parte más superior, la tapa (A) guardaremos el chubasquero, capa de agua, o cubre mochilas.”

  • También arriba pero dentro de la llamada “seta” (4),(se suele tener acceso con la mano por encima de la frente) guardaremos mapa y brújula, un acceso rápido puede evitar perdernos cuando dudemos.
  • Mas adentro, pero también arriba, en otro bolsillo si disponemos de él, un neceser, sin olvidar solo llevar lo necesario y en un envase justo de tamaño.
  • En el lateral exterior (B) llevaremos la cantimplora y comida de energía rápida, así mantenemos la premisa de toda actividad de fondo: Comer y beber antes de necesitarlo después puede ser tarde. También en los bolsillos exteriores para los cambios bruscos de climatología llevaremos la linterna ó frontal, gorro y guantes. Además deberemos llevar material de primeros auxilio y una navaja para poder afrontar una situación critica con el menor movimiento posible.
  • Los bastones o piolét deben ir siempre en la parte exterior con la punta hacia arriba, evitaremos así lastimar la cabeza del qué nos sigue en una pendiente pronunciada e impactos con obstáculos que nos encontremos.
  • El resto: comida, ropa y demás material según la actividad que nos dispongamos a realizar.

Considerando el peso debemos distribuirla por bolsas de más pesado la comida (1) a menos resto de ropa (2), (3), de abajo arriba y equilibrando el lado derecho respecto al izquierdo, nuestra estabilidad en pasos complicados y en la espalda lo agradecerá.